viernes, 12 de septiembre de 2008

Robinho, en el Madrid no queremos peseteros

Llevo muchos años apoyando con interés al Real Madrid y hay una cosa, quizá una sola, que a estas alturas tengo por indiscutible: en ese club sólo caben jugadores que quieran ganar cada uno de los cincuenta o sesenta partidos que jueguen al año. Sean buenos o malos, finos o brutos, altos o bajos, gordos o flacos, españoles o extranjeros, porteros o goleadores, sólo sirven para el Madrid los que quieren ganar todos y cada uno de los cincuenta o sesenta partidos que jueguen al año, lo consigan o no. En Liga, Copa, Champions, amistosos, TrofeoBernabéu o Supercopa. Sólo valen esos.

Esa debe ser la ley de bronce al fichar y al dar bajas. Eso explica que fuera un acierto desprenderse de Reyes, aunque hubiera estado cumbre el día que se decidió una Liga, lo mismo que explica que Michel Salgado o Chendo hayan durado tantos años en el club. Eso explica que el madridismo desee un año y otro, sobre todas las cosas, la resurrección de Raúl y que mire con desconfianza a Guti a pesar de su indiscutible talento. Eso hace que jugadores tan dispares como Di Stéfano, Pirri, Benito, Stielike, Juanito, Santillana, Camacho,Butragueño o Redondo sean indesplazables en el santoral madridista.

Lo digo por Robinho, jugador en quien tuve muchas esperanzas.Pero a los tres años de verle no creo que quisiera ganar cada partido que jugó. Algo que sí he visto en Van Nistelrooy, Robben, Pepe, Diarra, Higuaín y bastantes más de los involucrados en la soberbia remontada de anteanoche, ese rapto de fanatismo ganador que me recordó al del Reyno de Navarra no hace tantos meses, que valió una Liga. Si se va Robinho (que se irá), el que o los que vengan debe o deben ser jugadores de gran categoría. Pero además de eso, deben ser jugadores decididos a ganar cada partido que jueguen. Si no, no valdrán.

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